Como me imagino que le habrá ocurrido a todo el mundo, a lo largo de mis 42 años ha habido varios momentos duros, en mi caso, cinco para ser exactos, imposibles de olvidar...El sexto y próximo "volver a empezar" será en breve, si nada ni nadie lo remedia, pero como me recuerda mi hermana a cada segundo: Virginia, mientras tengas salud, lo demás NO IMPORTA!.
El primero, la enfermedad de mi madre, (superada hace ya tiempo, gracias a Dios!). Siempre habíamos estado superprotegidos, así que encontrarme de golpe y porrazo al cuidado de una casa, de una madre y de mí misma (en aquel entonces estudiaba en la Universidad y mi hermana ya estaba casada), fue difícil. Teníais que haber visto los filetes que le freía a mi pobre padre, auténtica suela de zapato!, y el arroz de mi hermano?....puagggg......un engrudo asqueroso!. Pero estábamos tan asustados, que ni me rechistaban. Y a pesar de esa situación puñetera, espabilé a marchas aceleradas, vaya si lo hice...!!!!!!!!!.
El segundo, una ruptura. Mi mundo se desmoronó. 9 años viviendo por y para una persona, el centro de mi universo, y de repente, de imprevisto, desapareció. Fue a finales de un mes de septiembre, recuerdo, y hasta junio del siguiente, no conseguí levantar cabeza. Adelgacé una barbaridad, me pasaba el día llorando, de mal humor y me sentía sola, muy sola, hasta que un día mi madre me sentó en la mesa de la cocina y me dijo: cariño, esto no puede seguir así, o reaccionas o buscamos ayuda. Y...reaccioné!...Me planté y grité basta!, organicé un viaje y me fui sola a Barcelona durante una semana. Necesitaba aprender a desenvolverme sin ayuda de nadie, desengancharme de él, y creo que funcionó. Fue la mejor decisión que pude tomar, a partir de ahí, todo cambió a mejor!.
Hacía lo que me gustaba, aunque no ganara un duro, y después de unos años trabajando juntas, la abogada del Despacho donde ejercía, por una serie de circunstancias, decidió que yo debía elegir entre mi familia o ella...Y claro, ante mi respuesta, evidente, me invitó a marcharme con mucha amabilidad y la mala leche que la caracterizaba. Otra vez, vuelta a empezar de nuevo, pero tampoco pudo conmigo!.
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